Ellos No Saben

Author: Mutlu BİNİCİ

Traductor: Muhammed Talha ÇAKIR

Recuerdo el mensajero de Alah(que la paz esté con él) . Narra como a  un profeta le golpearon y lastimaron. Él apartaba la sangre de su cara y rezaba : Oh! Dios, perdona a mi pueblo, porque ellos no saben.” 

Estas son las palabras que narró el compañero querido de nuestro señor . El compañero querido es Abdullah b. Mesud (que Alah esté complacido con él).Ese compañero(sahabi) joven una vez en la Meca leía por primer vez el Noble Corán contra los paganos de Quraish. Según la narración de este compañero joven nuestro profeta hacía salat al lado de la Ka'ba. Ebû Cehîl y sus amigos estaban allí. Nuestro señor postró y extendió su postración. Ebû Cehîl estaba al lado de él y dijo: ¿Cuál de vosotros deja a la espalda de Muhammad el mondongo del camello que un persona cortó recientemente?”, el Peor de ellos Ukbe b. Ebî Muayt se levantó y dejó el mondongo lleno de suciedad a la espalda del profeta (que la paz esté con él). Abdullah b. Mesud  paró en su situación (asombrosamente). No podía hablar ni moverse ni reaccionar ante semejante imagen. No tenía ningún poder para salvarle de esta situación. Todavía,eran los primeros días del Islam. Los números de las personas que declararon ser mahometanos no eran más que los dedos de una mano. Aquellos días , Abdullah  era un pastor huérfano que albergaba los camellos de uno de los  líderes de Quraish. El mensajero de Alah, no podía levantarse de la postración gracias al peso del mondongo. Los paganos se aferraban unos a otros para no caer al suelo riéndose. En todo caso no es probable entender y poder explicar la debilidad que İbn. Mesud  vivió y su dolor al no poder ayudar al hombre que le quería al máximo. La  Pequeña Fátima oyó el ruido de los líderes salvajes de Quraısh y vino a paso ligero. quitó la suciedad que estaba en los benditos hombros de su padre. El mensajero de Alah completó su postración. Se levantó, abrió sus manos y tres veces dijo: “Oh, Dios! Me quejo a ti de Quraısh. Me quejo a ti  de Utbe, Ukbe, Ebî Cehîl y Şeybe. No viene una cosa de mi mano.”. İbn Mesud vio como esos paganos se morían uno a uno en Badr. İncluso, él mató al Ebû Cehîl.

***

Era el tiempo más grave de la batalla de Uhud. Los arqueros abandonaron  sus situaciones, los musulmanes estaban rotos, el profeta se había quedado solo con una minoría de sus compañeros. Aquel profeta le habían roto un diente, habían herido su paladar, su mejilla y su frente. Aquel  profeta limpiaba la sangre que estaba en su rostro y rezaba: Oh! Dios, perdona mi pueblo porque no saben.”

 

 Haga clic en el enlace para leer la traducción al turco del artículo: https://www.siyerinebi.com/tr/onlar-bilmiyorlar-0

 

 

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