Un día, Muaz (r.a), Compañero del Profeta Muhammad (s.a.s), le dijo:
“¡Oh Mensajero de Allah! Dime qué obra debería hacer para asegurarme la entrada al Paraíso, y cuál para alejarme del fuego.”
El Profeta (s.a.s) le respondió:
“Verdaderamente deseas muchas cosas. Pero lo que has preguntado es fácil para alguien que adora a Allah: Debes adorar a Allah sin que haya en tu corazón otra intención que esa, y debes estar siempre listo para servirle. Realiza tus salah de forma correcta y en su tiempo. Da de tu provisión a los más necesitados, y ayuna durante todos los meses de Ramadhan. Si te fuera posible, haz el Hayy.”
Estas fueron las respuestas que el Profeta Muhammad (s.a.s) dio a su Compañero Muaz.
El Profeta (s.a.s) se volvió hacia donde estaba Muaz y continuó diciéndole:
“¿Quieres que te indique ahora las mejores puertas para entrar en el Paraíso? Ayunar durante el mes de Ramadhan nos ayuda a escapar del fuego y a no cometer pecados. En cuanto a la sadaqah (lo que damos de nuestra provisión a los más necesitados), es como el agua que apaga el fuego y nos alivia del dolor que nos provocan las faltas cometidas. Una salah que hace el musulmán después de la medianoche le permite arrepentirse de sus malas acciones.”
A continuación añadió el Profeta (s.a.s):
“Abandonan sus lechos para invocar a su Señor con temor y anhelo; y son generosos con la provisión que Les hemos concedido. Nadie sabe la frescura de ojos que les espera como recompensa por sus buenas acciones.” (Qur’an 32: 16-17)
Una vez más, el Profeta (s.a.s) se dirigió a Muaz y le dijo:
“¿Necesitas que te indique la base de los pilares y las prácticas esenciales que se deben realizar?”
Muaz (r.a) respondió:
“¡Oh Mensajero de Allah! Házmelas saber:
” Entonces el Profeta (s.a.s) le dijo:
“El Islam es la base de toda acción, y los pilares son las salah, y la mejor actitud es la de estar siempre en disposición de realizarlas.”
El Profeta Muhammad (s.a.s) continuó diciéndole:
“¿Quieres que te indique una vía clara para llevar a cabo todo lo que te he aconsejado que hagas?”
Muaz (r.a) respondió:
“Sí, indícamela, oh Rasulullah.”
El Profeta (s.a.s) sacó la lengua y se la mostró diciendo:
“Ten cuidado con ella.”
Muaz (r.a) dijo entonces:
“¡Oh Rasulullah! ¿Seremos también juzgados por nuestras intenciones?”
El Profeta (s.a.s) le contestó:
“¡Oh Muaz! ¡Que Allah te asista! ¡Que la misericordia de Allah esté contigo! La gente será conducida al infierno simplemente por haber difamado.”
(Tirmidhi, Iman, 8)
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